Ironías!

Es esa palabrita que muchos utilizamos a diario. Pero claro que la tenemos que usar, porque el 80% de las cosas que nos pasan diariamente, pueden, o mejor dicho, SON una ironía. De las graciosas, o que uno dice que son graciosas para no sentarse a llorar, o de las desagradables, porque sino, no sería ironía.

Ironía: sarcasmo, sátira, mordacidad, retintín, causticidad, chanza, acrimonia (según sinonimos.com)

Ironía.

(Del lat. ironīa, y este del gr. εἰρωνεία).

1. f. Burla fina y disimulada.

2. f. Tono burlón con que se dice.

3. f. Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice.

Explicado esto,

Primer incidente:

Empecemos aclarando que desde la semana pasada estoy poniendo cuchillos cruzados por toda mi casa. En la ventana, debajo de la escalera, en el baño, en la cabecera de la cama, en closet, dentro de los zapatos y hasta debajo de la poceta. Rogando y ligando que en el concierto de Madonna no llueva (evento que requiere de otra entrada en este Blog). 

Le recé a San Isidro Labrador, para que quitara el agua en el día, y si le daba la gana formara un diluvio en la noche, pero que ¡POR FAVOR! no lloviera el día del concierto. Chequeé mi AccuWeather como30 veces la semana pasada, (Aplicación que debo decir "es una grandísima m***da"), y todo indicaba que la esta semana sería una radiante, con un sol amarillo pollito, y un calor marabino inaguantable, pero delicioso, aquí, en el país donde el calor está Over-rated.

Pasó el lunes, no les digo soleado. ¡Eso era como vivir en Venus! Un calorón, tanto que hasta en un punto llegué a quejarme. Pensé esa tarde: todo será tan grandioso mañana. Peeeeeeeeeeeeeeeeero, NO. Algo pasó, las nubes se alinearon, y las corrientes de agua del sur y del norte, este, oeste o donde sea que estén, decidieron juntarse y formar el 2do temporal mas grande que he visto desde que llegué a Dublin. Y en el primero, se inundó hasta un centro comercial. No sé en que momento mis rezos se desviaron. Las nubecitas no pudieron aguantar un día mas sus dulces gotas, y tuvieron que venir a embarrar el concierto.

Bueno, pero no importa. Disfruté de Madonna como se debe. Sin embargo, una soberana arrechera cuando me levanto EL MIÉRCOLES, y de nuevo, el catire amarillo pollito le achicharraba la piel a cualquier mortal que caminara. Hoy Jueves, el catire sigue afuera, y seguramente mañana sea el día perfecto para ir a la playa y lograr el bronceado que Ross Geller tanto anhela. Isn't it Ironic?, como diría Mrs. Morrisette.  No es como que llueva el día de tu boda, pero casi. Estamos hablando de Madonna.

Segundo incidente:

Hoy tuve lo que se puede decir un conato de trifulca con un autobusero.

Si señores. Nadie jamás se lo imaginaría, pero aquí la gente también se faja con los autobuseros (o seré sólo yo), pero obvio que por razones distintas. No es por dinero, ni mucho menos por espacio. Es por la falta de educación que muchos de ellos tienen. Pareciera que en la aplicación para ser conductor del Dublin Bus, se destaca la frase "ser grosero con los transportados es indispensable". 

Después de esperar aproximadamente 15 minutos en la parada, llega el susodicho y la gente se empieza a bajar, mientras que los que queremos montarnos hacemos una mini-cola afuera, para que una vez que se bajen los primeros, podamos montarnos y seguir. Cabe destacar que la Oficina General del Dublin Bus está frente a esa parada, y también, cabe destacar que estamos en un país del Primer Mundo (a según, dicen por ahí). Se terminan de bajar, se montan las dos personas que están antes de mí, pero cuando es mi turno, se monta un chica y se INS-TA-LA (porque se INSTALÓ) a preguntarle al conductor si no había conseguido su pasaporte, que dejó en alguno de los 400 autobuses que merodean en esta ciudad. El conductor, no en vano, asumiendo su rol de "agente de información" supongo, y por el que asumo le deben pagar más, decide explicarle a la chica todo el proceso para que consiga su pasaporte, dejándome para como una grandísima idiota frente a la cabinita donde se paga. A mi, a las 8 personas que estaban detrás. Al cabo de 3 minutos (contados con mi reloj) yo, con una voz muy dulce, y de verdad, hice un esfuerzo porque fuera así, le pregunté si podía pagar para ir a sentarme, a lo que el muy maleducado me contestó GRITANDO que si yo era ciega, o no podía ver que el estaba ocupado con otro usuario en ese momento. 

Los que me conocen saben que teclas pueden tocar para que yo colapse y me convierta en el ser más intenso y grosero del mundo, y esa es definitivamente una de ellas. Algunos cajeros de bancos han recibido la furia de esta loca que no admite que le traten mal, simplemente porque sí, o porque tienes un gramo de poder, y mucho menos cuando, coye, estoy hasta siendo simpática. Me han botado de Banesco y Bancos Mercantil. Hoy y ahí, se me atravesó el Muñoz y la impotencia, y le dije de manera muy educada "No me tienes que hablar de esa manera. Simplemente te pregunto si puedo pagar para irme a sentar, ¿o es que tu eres sordo y oíste otra cosa?" Eso parece que le dolió un poco que hasta del bus me mandó a bajar, cosa que por supuesto no hice, y las personas que se encontraban atrás de mi tampoco permitieron. Después de intercambiar dulces palabras, en donde él me deseó un hermoso día y yo lo mandé al demonio y le deseé que le cayera un rayo en su casa, pague mi cuestión y me fui. Llegué a mi casa, me tomé un vaso de Nestea bien frío y traté de olvidar el acontecimiento, porque no es como se lee. De verdad, fue muy intenso. 

A la tarde, cuando me dirijo a mi trabajo, me encuentro con que el conductor del autobus ¡¡¡ES MI VECINO DE LA CASA DE AL LADO!!!... ¿De pana?... Are you FUCKING KIKIRIWIKING ME, o qué? 

Ha iniciado la Tercera Guerra Mundial, señores. Se los aseguro.

Tercer incidente:

Veo a mi vecino, me río del incidente y sigo caminando para irme a mi trabajo, tratando de calmarme y retirar mi deseo del rayo, porque es posible que si eso sucede, yo me vea afectada también. Saco mi Ipod, coloco los audífonos y le doy a shuffle. Primera canción del Ipod: Ironic, por Alanis Morrisette. 

Tercer strike, y poncha'o. Tras esto, no salgo más. Punto.