La Hallaca Europea con su Navidad

Todos mis amigos aquí en Dublín, me dijeron que a juro y porque sí tenía que escribir sobre este tema. Hay muchísimos venezolanos que se encuentran fuera de su tierra, pero que conservan su cultura y sus tradiciones, en especial las 'de sembrinas' (me traumó el asunto, ¿no?). A ellos les pareció importante que todos aquellos que me leen supieran el proceso de hacer una hallaca en una remota casa de Dublín 6, en Irlanda.

Todo empezó cuando mi grandiosa media naranja (dígase mi esposo) expresó su preocupación sobre "dónde vamos a hacer las hallacas". Todo esto sucedió en una reunión de ron y birras en mi casa, así que la cordura no paseaba por allí. Por supuesto, todo el que estaba ahí saltó del sofá como gritando BINGO, y se anotaron en la tarea de o hacer hallacas o dividirse el costo para contar con algunas en su nevera. Se decidió que el fin de semana hallaquero sería el del 16 y 17 de diciembre, ya que la mamá de mi amiga Adaleza ya estaría aquí y siempre tiene que haber una mamá que vigile el proceso jajajajaja.

Mi esposito, que como buen ingeniero/cocinero manda más que Suri Cruise a su estilista, nos dio una lista de cosas que comprar, pero gracias a Dios se tomó la tarea de comprar el relleno del guiso. Si me hubiese puesto esa tarea a mí, estaríamos comiendo hallaca de chuleta ahumada con nuggets. Salimos dos panas más, la mamá de mi amiga y yo a buscar el encomiendo, y por supuesto, el mismo día que se iban a hacer las hallacas, por eso de que ¡Venezolano que se respete, deja todo para última hora!

Encontramos casi todo en un mercadito asiático filipino en el centro de la ciudad: harina pan, las 'annato seeds' (chamo, explicarle a una filipina qué coño es el onoto tiene su grado de complicación) y las hojas de plátano, que más bien parecían hojas de samán de lo pequeñas y malas que estaban. Pero no nos quejemos: por lo menos encontramos hojas. El resto de los ingredientes los encontramos en un vulgar supermercado, donde también adquirimos vino y cerveza, por eso de que hacer hallacas sin curda no furula.

Llegamos a casa de la Adi y con las mismas, a echarnos en el sofá hasta que el Ángel Solano de nuestra cocina llegara. La mama de Ada, como buena mamá que es, de un lado para otro haciéndonos almuerzo, mientras que los demás y yo más instalados que nevera doble puerta en el sofá de la casa jurungando en Stumble Upon. Llega mi esposo y cual Esteban en Miraflores: ¡Ani, pica esto!.. .¡Natasha Amasa esto!... ¡Ada, corta aquello!... Las hallacas las hicimos entre todos, pero aún así le dicen 'Las Hallacas de Néstor'. Yo debo confesar que al cabo de un par de horas, me cansé de la picadera y la amasadera, y decidí tomar un pequeño break, que terminó convirtiéndose en una siesta de 4 horas corridas. Pero debo decir que las hallacas que armé YO quedaron fantásticas.

Yo pensé que mis navidades este año iban a ser catastróficas, sin mi mami y mi papi, sin la familia de Néstor o la mía, y sin las hallacas de Zaira, pero manejamos la situación para convertir una navidad que auguraba ser de las más aburridas, en una experiencia increíble con amigos nuevos, en un país donde puedes encontrarte a Bono, cantando villancicos un 24 de Diciembre.

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