Lo cortés a veces no te ayuda en la causa!


Esto no tiene nada que ver con la educación. O bueno, sí. Tiene que ver un poco con la manera de decir las cosas. Más que educación, con la delicadeza.

Esto definitivamente no es mi fuerte, y tampoco es secreto para nadie que en ocasiones, o la gran mayoría de las veces, carezco de eso: delicadeza. Pana, simplemente no está en mi pues, y creo que es algo irremediable. Como diría Betty la Fea: YO SOY ASÍ. Eso es un problema para aquellas personas que suelen ser muy sinceras y frontales, así un poco como yo. Que a veces no piensa antes de decir algo, y después de que la soltaste, pues la gran c$#%da, ¿no? Recoger agua derramada al piso, suele ser a veces un poco complicado. Ni con el mejor de los coletos o el mejor de los haraganes (haragán… que palabra tan floja, ¿no?)

Pero sin desviarnos, en mi trabajo ha logrado que esto cambie un poco,  sobre todo en el pensar antes de decir algo, porque cuando se trabaja con clientes directamente, es decir de UD. a YO, todo lo que digas podrá ser usado en tu contra, y en contra del que está sentado al lado también. En mi caso, si me frustro y no puedo gritarle al cliente que tengo al teléfono un “¿USTED NO ME ESTA ESCUCHANDO, O QUÉ?”, “¿SE LO EXPLICO EN ARAMEO ANTIGUO A VER SI ASÍ LO ENTIENDE?”, y cosas por el estilo, le grito al pobre cristiano que se me sienta al lado. Ya todos han aprendido que así dreno la pérdida de tiempo de tratar de explicar algo a alguien que simplemente no lo quiere entender.



Cuando trabajas con clientes a quienes les estamos “quitando su dinero”, hay que tener mucha mano izquierda y tratar de ponerse en sus zapatos. Si fuera a mi a quien le hubiesen agarrado una apuesta por 100$ y no la hubiesen pagado como yo hubiese esperado, también me arrecho, pero para comenzar, yo JAMÁS pondría plata en algo que no se si voy a ganar. Bueno, en fin, ese es el primer paso: tratar de entender el punto de vista del cliente. Por supuesto, todas las monedas tienen dos caras, y todo conflicto tiene dos verdades. Tú simplemente estás en el medio porque conoces los factores de hecho, pero también eres humano y consideras que si fueras tú, ya habrías quemado la compañía.

Lo que si no tolero es cuando te empiezan a insultar sólo porque no consiguen lo que quieren; te llaman de bitch en adelante y te tratan como si fueras la peor basura del mundo, o como si fueras TÚ la que le está quitando el dinero. Muchas veces, Mario Silva se queda pendejo ante los insultos de un cliente ofendido porque su apuesta no ganó. Ahí es cuando digo ‘lo cortés no quita lo valiente’ y decido educar a la gente, con un hermoso: “señor, no toleraré sus gritos. Voy a concluir esta llamada. Que tenga muy buenas noches”… ¡OJALÁ! Se debe sentir divino hacer eso. Pero ¡no! Yo me tengo que calar los gritos del malhumorado usuario, hasta el punto de a veces decir: Yo le comprendo, Sr. Nosequiencito, pero es que… ¡NOOOOO! ¡YO NO LE COMPRENDO UN CAZZO! Si no le gusta leer, ese es muy su pedo, pero está escrito en los términos y condiciones de la compañía…

Pero bueno, en fin- Cómo dije antes: lo cortés no quita lo valiente. Con un poco de educación se logra más que con gritos e insultos. Eso es un consejod que el Ministerio del Poder Popular de … no me dio. Lo aprendí a duras penas… Gracias. La Gerencia



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